Antes de escribir he ido a internet a buscar qué había sobre el tema y tristemente lo que me encuentro son muchos enlaces a vídeos de caídas que nos ponen los bellos de punta.
Sí he encontrado un artículo muy interesante escrito por expertos de la salud, osteópatas y fisoterapetuas que con una intención bastante pedagógica nos hacen reflexionar sobre la importancia del antes de subirte al caballo y del después de bajarte de él.
Las lesiones más usuales en jinetes.
Efectivamente cuando vamos a montar nos preocupamos de que el equipo sea el mejor, de lo que entendemos es importante y efectivamente lo es, como por ejemplo la silla, la cincha, el bocado, la cabezada, los estribos de seguridad, el casco, las riendas, etc...
Luego cuando hemos revisado al caballo, cepillado y mirado los cascos, lo preparamos muy bien para montarnos, apretamos la cincha y nos aseguramos de que al subirnos la silla no se nos va a venir, medimos los estribos y asiendo las riendas nos subimos impulsándonos.
Aquí me caí yo. El caballo me sintió encima y sin indicarle nada de que iniciara la marcha, levantó la cabeza y salió al galope hacia la carretera, yo lo intenté retener y se picó, empezó a botar unos diez metros, yo pensé que lo último era tirarme o caerme de él, así que me agarré fuertemente con la piernas, me mantuve en equilibrio hasta que poniéndo las orejas casi en el suelo se giró y me cayó, consecuencia un fuerte costalazo, y adió a la competición del sábado.
Comprobé que no fuera grave, no había nada roto, solo dolor y rabia, la reflexión vino después. Por qué este accidente. Analizando las causas rápidamente nos dimos cuenta de lo que había hecho mal.
Las circunstancias ocurrieron en los cinco primeros minutos y en un contexto no controlado por mí, por una lado le puse un bocado y cabezada diferente al que se le ponía para entrenar, y lo peor de todo, antes de montarme suelo tener mi protocolo, como todos tenemos, y llevo al caballo al picadero de arena para darle un apretón a la cincha y allí cuadro el caballo y me subo, pero esta vez me fui al camino de afuera de la cuadra y dejando de lado mi costrumbre me subí sin prever las consecuencias.
Las caídas siempre son malas, pero desde el caballo peor. Cabeza, espalda, costillas, brazos, dedos de las mano, muñecas, hombros, etc... algo nos toca en suerte.
Me he acordado más de diez veces del artículo de nuestro amigo Rafel Gamiz sobre el chaleco de seguridad del pasado 2 de Enero: El chalecho "Hit Air" para jinetes.
Las consecuencias a cualquier caída nunca son positivas, bueno, aprendes lo que no tienes que hacer la próxima vez. En esta ocasión me he quedado sin poder competir en Fuente Obejuna, y unos días sin entrenar. El susto para los tuyos y el enfado por pensar que se podría haber evitado.
Un saludo y nos vemos pronto.
Buenas tardes Marcos, me alegra que ya vuelvas a montar, despues de tu accidente. Estas cosas solo le pasan a los que se montan a caballo, los que no se montan,esos seguro que no se caen.
ResponderEliminarSan Rafael y San Gabriel son dos de los arcangeles y de vez en cuando me cambian al Arcangel.
No es mala la idea la del chaleco airbac, la seguridad ante todo y si hay que cuidar el absentismo laboral, pues con más razón.
Animos y a seguir con una afición tan bonita.
Saludos de Gabriel.
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